Juguetes interactivos para niños

Juguetes interactivos para niños

Al buscar un nuevo juguete para el niño a menudo surge el mismo problema: ¿qué exactamente deberíamos comprar? Siempre son una buena opción los juguetes que hacen sonreír al peque y, al mismo tiempo, estimulan su desarrollo. Así son los juguetes interactivos que al hacer sonidos, moverse o hablar, estimulan los sentidos del niño y su desarrollo.

Un juguete interactivo: ¿qué es?

Los juguetes interactivos para niños son los que, al entretener, educan. Entretienen porque echan luz, hacen sonidos, vibran e, incluso, hablan y de esta forma atraen atención de los niños por más tiempo y los hacen sonreír. Por otro lado, educan porque la interacción entre el niño y el juguete desarrolla nuevas habilidades o mejora las que el niño ya tiene. El niño aprieta los juguetes interactivos, los pega con un martillo, abraza o entra en contacto con ellos de alguna otra forma y ellos reaccionan: zumban, tocan música, echan luz o hablan. La variedad de funciones de los dispositivos de este tipo es increíblemente amplia.

¿Qué enseñan los juguetes interactivos?

Al entrar en contacto con el juguete el niño en primer lugar aprende el principio de causa y efecto. Es una introducción a la estimulación de los sentidos: la vista, el oído o el tacto. Los juguetes interactivos más complejos permiten desarrollar habilidades de concentrarse, recordar detalles, de la imaginación e, incluso, de la resolución creativa de problemas. Los niños pequeños gracias a la interacción con los juguetes pueden entrar ejercer los músculos, por ejemplo, extendiendo las manitas o apretándolas en el juguete, ganar nuevas habilidades, como ampliar el vocabulario o mejorar un idioma extranjero.

Al entrar en contacto con los juguetes interactivos el niño puede desarrollar muchísimas habilidades porque también hay muchísimos tipos de este tipo de accesorios. El niño sin problema conocerá colores, números, letras, sonidos de animales y de diferentes dispositivos o, incluso, algunas de las obras más conocidas de grandes compositores. El único límite es la imaginación de los productores que, sin duda, es muy grande.

Los estímulos que reciba el niño lo animarán a la interacción: será más activo y tendrá más curiosidad. La estimulación física incita al niño a desarrollar tanto las habilidades manuales como las motoras: gatear o caminar.

En una habitación, en la alfombra, hay un tapete de juegos de la marca Kinderkraft. Una madre, sentada en el suelo, está sosteniendo a su bebé acostado encima del tapete.

¿En que debemos fijarnos al escoger juguetes interactivos para niños?

Es fácil de comprobar que el abanico de las ofertas de juguetes interactivos para niños es increíblemente amplio: basta ir a una tienda de juguetes. Muchos de los padres al caminar entre las estanterías se preguntan: ¿cómo elegir el juguete interactivo perfecto para mi hijo? Para que todo salga bien vale la pena fijarnos en varios aspectos. Esta es una guía corta.

Primero: es importante que el juguete sea adecuado para la edad del niño. Un niño demasiado pequeño fácilmente se desanimará con un dispositivo demasiado avanzado y, en contrario, uno muy grande no podrá disfrutar de funciones demasiado simples. Por eso, primeramente, debéis poner atención a la designación del fabricante de la edad recomendada del usuario del juguete. Recordad que es una designación estimada, cada niño se desarrolla de manera individual, por tanto, tenéis que evaluar por vuestra propia cuenta si vuestro peque está listo para usar el producto.

Segundo: las funciones. Pensad en cuál de los sentidos o cuál de las habilidades del niño queréis estimular. ¿La motricidad fina? ¿O, tal vez, la concentración? ¿El sentido de la vista? ¿O, tal vez, la audición? Algunos de los juguetes ofrecen solo un tipo de reacción, pero en el mercado también podemos encontrar productos mucho más complejos que proporcionan una amplia gama de estímulos. Un ejemplo de juguete multifuncional es nuestro tapete 4SMART que tiene 4 zonas de aprendizaje separadas. En cada una de ellas se estimula otra esfera cognitiva: audición (también mediante los elementos susurrantes), tacto (usando diferentes texturas y una pelota sensorial), vista (por ejemplo, con colores de contraste) y concentración, memoria para los detalles y pensamiento creativo (gracias a 12 cartas de contraste que se pueden colocar en los lados del tapete o llevar consigo al paseo).

También debéis pensar en los juguetes que vuestro hijo ya tiene para no duplicar las funciones. Algunos de los juguetes «crecen» junto con el niño: es porque ofrecen diferentes niveles de dificultad o se pueden plegar y desplegar para proporcionarle al peque nuevas sensaciones. Gracias a esto, serán buenos tanto para un bebé pequeño, como para un niño más grande. Al tomar la decisión también vale la pena tomar en cuenta las preferencias personales del pequeñín. ¿Tal vez al niño le fascine cocinar o limpiar? ¿Quizá le encanten los coches o las muñecas? ¡Para cada pequeñín se puede encontrar el juguete adecuado!

Tercero: la calidad. Hay que fijarnos en el proceso de producción del juguete: ¿si fue hecho de materiales de alta calidad, si tiene un buen acabado sin bordes afilados, si está hecho con atención a los detalles o, tal vez, a primera vista se notan los defectos e imperfecciones? Esto tiene consecuencias directas en la seguridad del juguete: ¡y la seguridad es lo primordial!

Por tanto, el punto número cuatro y el más importante: la seguridad. Aquí mucha información te podrán proporcionar los certificados del producto, si este los tiene. El certificado CE es lo principal y certifica que el juguete cumple con las normas europeas. Sus propios certificados expiden también el Instituto de Salud Materno Infantil y el Centro Nacional de Ensayos y Certificación. En el embalaje de algunos juguetes se encuentran las advertencias que, normalmente, dicen que los juguetes no son aptos para cierto grupo de edad y que solamente se pueden usar bajo vigilancia de un adulto. Las sustancias usadas en el proceso de producción asimismo forman parte de la cuestión de la seguridad. Los juguetes buenos no deben contener ningún tipo de sustancias tóxicas, como los formaldehídos.

También debéis cuidar los ojos y los oídos: tanto los de vosotros, con los de vuestro hijo. El volumen de sonido de algunos juguetes es sorprendentemente alto y los sonidos que hacen pueden ser increíblemente irritantes. Por eso, debéis elegir juguetes con ajuste de sonido y con opción de apagar el sonido. Verificad la calidad de los sonidos para que no asusten ni molesten. También los colores demasiado llamativos o luces parpadeantes y demasiados fuertes pueden causar problemas de concentración y conducir a la irritación y al cansancio por exceso de estímulos. En especial, si el dispositivo está encendido por todo el tiempo.

En una habitación, hay un bebé acostado encima de un tapete de juegos de la marca Kinderkraft. A su lado, la madre está sentada en el suelo y le enseña un libro.

Juguete interactivo para un niño de un año. ¿Qué funciones debe tener?

Elegir un juguete para un niño de un año es un gran desafío. A esta edad el niño ya no se complace con cualquier sonaja, pero aún es demasiado pequeño para los juegos muy avanzados. Sin embargo, recordad que un niño acerca de un año ya nos entiende perfectamente y su mejor diversión es imitar a los adultos. Los niños a esta edad sobre todo se concentran en observar y les interesa todo lo que está pasando a su alrededor. Necesitan, pues, una estimulación constante y, por eso, los juguetes interactivos serán perfectos para ellos, en especial si estimulan la vista, audición y la coordinación motriz. Es perfecto todo tipo de juguetes con cajas musicales, botones coloridos con sonidos que estimulan la motricidad fina y la imaginación: todo esto lo podéis encontrar en nuestro tapete 4Smart. Una atención especial merece la pelota sensorial incluida en el conjunto. Anima a los niños a jugar con sus colores, botones interesantes y diseños atractivos. Además, es universal: puede formar parte de un conjunto o ser usada como un juguete independiente.

Juguetes interactivos para niños y niñas. ¿Cómo escoger?

A esta edad aún no es necesario diferenciar juguetes en femeninos y masculinos. Los niños sin importar su sexo pueden usar el juguete que quieran. Una niña puede subirse a un caballo mecedora o a un coche interactivo que hace diferentes sonidos. Por otro lado, un niño varón se va sentir muy bien en una cocina colorida o pasará mucho tiempo ocupado con un osito de peluche que haga sonidos. La mayor parte de los juguetes para niños de esta edad es, simplemente, universal, por eso, no debemos privar a nuestros bebés de la posibilidad de conocer toda la gama de diversiones y actividades. La función más importante de un juguete interactivo no es cumplir con los estereotipos de género, sino despertar la curiosidad del pequeño descubridor: sin importar si una niña se decidirá por jugar con una excavadora y un niño: con una muñeca que hable.

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