Andadera para niños y bebés: qué es y si debe usarse

Por muchos años las andaderas se consideraban un producto que apoyaba a los niños en el aprendizaje de caminar. Hoy en día, los expertos, los fisiólogos y los otropedas, concuerdan: las andaderas para niños no son una buena forma de ayudar en el desarrollo, hacen más daño que bien. En este artículo advertimos de la mala influencia de las andaderas en el desarrollo del niño y proponemos una buena alternativa.

 

Andadera para niño: ¿qué es?

Una andadera para niño es un producto con ruedas que, según la intención, debe apoyar el desarrollo de las habilidades de caminar de los niños y protegerlos de caerse. Está compuesta de dos partes: un marco con ruedas y un asiento en el cual se coloca al bebé. El peque sentado dentro de la andadera no puede salir solo, por lo tanto, el producto se usa a veces como una ayuda para los papás que necesitan descansar un poco de correr atrás del niño. No obstante, en realidad, las andaderas alteran el desarrollo normal del niño y conducen a varios defectos posturales.

 

¿Desde cuándo el niño puede usar la andadera?

¿Existe un momento seguro en el cual el niño puede empezar a usar la andadera? Los expertos dicen que no. En cualquier etapa del desarrollo no se recomienda apoyar el desarrollo de la motricidad del niño usando este producto. Sin embargo, podemos toparnos con la información de que, a partir de cierta edad, la andadera ya no es tan peligrosa para los bebés. Unos indican el momento en que el niño ya gatea por si solo. Otros dicen que la edad más temprana para poner el niño en una andadera es cuando este ya es capaz de sentarse solito. Y también existen las personas que sugieren que se puede usar la andadera cuando el niño ya dio sus primeros pasos. Pero ¿vale la pena limitar la expresión natural de los niños con este producto poco práctico? La respuesta parece ser obvia.

 

Tipos de andaderas

En el mercado podemos encontrar bastantes tipos de andaderas para niños que difieren entre sí, sobre todo, en funciones adicionales o en su nivel de complejidad. Generalmente, podéis ver andaderas con ruedas, es decir, las clásicas, en las cuales el niño está sentado en el centro y se empuja con las piernas y así se traslada de un lugar a otro. En esto le ayudan las ruedas giratorias. Pero también existen las andaderas 3 en 1 que tienen también la opción de correpasillos y de bicicleta. No importa si hablamos de una versión multifuncional o de la clásica: las andaderas para niños difieren en los accesorios adicionales. Muchas de ellas son pequeños centros de operaciones con varios juguetes interactivos que echan luz, tocan música y animan a presionar los botones.

 

Ventajas de las andaderas para niños

Si nos esforzamos mucho, podemos intentar enumerar un par de ventajas de las andaderas que, aún así, no recomendamos usar. Sobre todo, la andadera puede ser una solución cómoda para los padres que necesitan colocar al niño en un espacio seguro. Pero, sin duda, mejores para esto serán los parques. Tampoco se puede negar que a algunos niños les gusta usar las andaderas: ya que, gracias a ellas, se pueden mover libremente y recorrer distancias bastante largas.

 

 

Desventajas de las andaderas para niños

A diferencia de las ventajas, la lista de desventajas de las andaderas para niños es larga. Sobre todo, las andaderas tienen mala influencia en el desarrollo de los niños, retrasan el desarrollo de las habilidades motoras y mentales, empeoran los defectos posturales, influyen mal en el desarrollo de las extremidades y alteran el sentido del equilibrio. Estos problemas los analizamos en el subcápitulo «¿Se recomiendan las andaderas para los niños?». Pero no son todas las desventajas de este producto.

 

Las andaderas pueden darles a los papás una falsa sensación de seguridad. Algunos las usan como parques. Es un gran error que puede acabarse muy mal. Los niños en las andaderas se mueven muy rápido, por eso, incluso bajo la vigilancia de los papás, se pueden escapar de repente. Cualquier irregularidad en el suelo, sin hablar de la escalera, es un gran riesgo. Algunos expertos dicen que muchos de los accidentes con los niños, como quemaduras o golpes, ocurrieron porque el niño estaba en una andadera.

 

¿Características de una buena andadera?

¿En en qué fijarse a la hora de elegir una andadera? Es necesario que verifiquéis si la andadera tiene certificados adecuados. Las andaderas, como cualquier otro producto para niños, tienen que cumplir con las normas de seguridad, por ejemplo, las de la Unión Europea. Es necesario que veáis si el modelo que os interesa tiene un freno que permite bloquear la andadera de modo que niño no se pueda mover de un lugar a otro.

 

También estaría bien elegir una andadera que crezca junto con el bebé, es decir, que tenga el ajuste de la altura: los niños crecen rápido y, gracias a esta opción, la podréis usar durante más tiempo. Por el mismo motivo es importante que la andadera tenga un amplio rango de peso.

 

Asimismo las ruedas son relevantes: es mejor optar por unas de goma que se adhieren bien al suelo y no lo rayan. El asiento debe ser de tela para que no irrite al piel. También el arnés debe ser de tela: así no causaréis abrasiones en la piel del niño.

 

¿Se recomiendan las andaderas para los niños?

Solo existe un respuesta para la pregunta si se recomiendan las andaderas para los niños: ¡definitivamente no! ¿Por qué? Porque conducen a muchas alteraciones: tanto del desarrollo, biológicas, como las mentales. El niño que usa una andadera tarda más en aprender a caminar y no lo hace de manera correcta, su columna se deforma, igual que los dedos y la pelvis. Según los fisioterapeutas, las andaderas desarrollan en niños el miedo a fracasar, a asumir nuevos desafíos y causan la falta de confianza en sí mismo.

 

El niño que se mueve en una andadera, camina en las puntas de los dedos y no con todas las plantas de los pies. Se altera el trabajo del pie: no ocurre su gradual contacto con el suelo. El niño no practica el cambio del centro de masa del cuerpo de una pierna a la otra. Es una camino directo a deformar los pies.

El niño en la andadera no ejerce los músculos adecuados: de la pelvis, piernas y dorso que son responsables por una buena postura. Al mismo tiempo, activa las partes del cuerpo que no debe, por ejemplo, los dedos que se deforman, o la columna, en especial, la parte lumbar, que también se deforma conduciendo a la hiperlordosis.

 

Además, los fisioterapeutas advierten que las andaderas pueden también provocar alteraciones mentales. Es porque el niño no sabrá calcular bien la distancia y no mantendrá el equilibrio: hasta ahora lo hacía por él la andadera. Siente miedo a caminar simplemente porque nunca aprendió a caerse. No es capaz de caminar solo. A consecuencia el bebé que ha usado una andadera empieza a hacer sus primeros más tarde que otros pequeñines, as más miedoso, menos seguro y, además, tiene malos hábitos posturales.

 

Correpasillos: una buena alternativa para la andadera

Una alternativa saludable para la andadera que apoya un buen desarrollo del niño es el correpasillos o un juguete para montarse. Este producto permite al niño montarse en él y moverse empujándose con ambos pies que están colocadas por sus dos lados. El niño se sienta en el juguete y mantiene el equilibrio agarrando el manillar. Los peques en los correpasillos no están encerrados, por eso, en cualquier momento pueden bajarse y al estar sentados en ellos mantienen una buena postura. Dos ejemplos de este tipo de productos son nuestros CUTIE y 4TRIKE que tienen forma de un triciclo o de una bicicleta de equilibrio, pero con tres ruedas, estimulan el desarrollo del sentido del equilibrio y preparan a los niños en cuanto a su motricidad a manejar una verdadera bicicleta. El segundo de ellos es un triciclo 3 en 1: puede ser un triciclo de equilibrio y una bicicleta de equilibrio, pero también un triciclo normal con pedales. Cada una de estas opciones está relacionada con otra etapa de desarrollo del niño.