Cojín de lactancia

Cojín de lactancia

La lactancia es el tiempo de intimidad y establecer una estrecha relación entre la mamá y el niño. Pero no nos olvidemos de que también esto tiene sus inconveniencias: especialmente, para el cuerpo de la mujer que tiene que estar cargando al bebé por varias horas en una posición adecuada para amamantar. Un producto que puede ayudarlas mucho a las mujeres es el cojín de lactancia que, al mismo tiempo, le proporcionará la comodidad a la mamá y al bebé.

 

¿Es necesario tener un cojín de lactancia?.

Para el niño amamantar no solo ayuda a saciar el hambre, pero también satisface la necesidad de estar cerca de la mamá, por eso, puede llamarla incluso cada hora y amamantar durar hasta media hora. Es totalmente normal y muy común, pero le puede causar problemas a la mamá. La mujer siempre tiene que mantener al bebé en la posición adecuada cuidando de su comodidad y acercándolo bien al pecho. Cada una de estas sesiones es un reto para la espalda, hombros, brazos, nuca y cuello. El cojín de lactancia elimina este problema por completo porque el bebé está acostado en el cojín sin cansar los músculos de la mamá. Una ventaja incuestionable de los cojines es que la mamá puede tener manos libres. El cojín de lactancia hace que la maternidad es mucho más easy.

 

Algunos creen que el especial cojín para amamantar es un accesorio innecesario porque puede ser sustituido por cualquier almohada. Así hacía la gente antes de que este invento apareció en el mercado. El problema es que un cojín común no está adecuadamente perfilado y, por lo tanto, el bebé no tiene una buena posición para amamantar, lo cual puede tener una mala influencia en el proceso de alimentar: puede dificultarle al bebé agarrar el pezón y mamar. Esto hace que la mujer deba esforzarse mucho para que tanto ella, como el bebé, tenga una buena posición. Un cojín clásico no elimina el problema principal de amamantar: no proporciona la comodidad ni le da el alivio a la espalda.

 

Ventajas del cojín de lactancia.

Los cojines de lactancia sin duda se pueden denominar como una de las mejores ayudas de la madre durante el periodo de la lactancia. Gracias a ellos, la mamá puede sentir el alivio porque no siente peso en las manos, espalda, cuello y hombros. Cargar al bebé por más o menos media hora es un esfuerzo bastante grande, especialmente, si el bebé está creciendo rápido. Pero aquí no acaban las ventajas de este cojín. También da la posibilidad de colocar al bebé en buena posición, le da un buen apoyo: incluso algunos modelos tienen la opción de elevar un poco la cabeza del niño. El cojín puede ser muy útil no solo para la mamá, sino que también para el papá que alimenta al bebé con una mamadera y le ayudará adoptar la posición adecuada. Además, la compra del cojín se puede considerar ya durante el embarazo, porque también ayuda muy bien a mantener la barriguita de embarazo y encontrar una buena posición en la cama.

 

¿Qué tan grande debe ser el cojín de lactancia?.

El cojín de lactancia se debe elegir según tus necesidades. Debe ser lo suficientemente grande y alto para que el niño no se deslice por él y se pueda acomodar perfectamente cerca del pecho de la mamá. En caso contrario, la mamá tendrá que inclinarse y, entonces, no tendrá ningún sentido usar la almohada.Si tenéis una posibilidad así, es mejor que probéis el cojín antes de la compra y, si no, recordad que debe tener mínimo entre 10-20 cm centímetros de altura. Los cojines más grandes son más estables lo cual es esencial, porque el cojín no se puede mover cuando estás amamantando al niño, incluso si este está muy inquieto.

 

Aunque los cojín de lactancia más grandes son más estables y mejores a la hora de amamantar, son también más difíciles de usar en el viaje. Si eres una mamá muy activa que amamanta en diferentes lugares y circunstancias, mejor escoge un cojín más pequeño, gracias a esto, te será más fácil llevarlo contigo al viaje.

 

En una cocina moderna y elegante hay una cuna de la marca Kinderkraft que se sitúa en el centro. Madre sonriente mira hacia su interior.

 

¿Suave o duro? ¿Cómo debe ser el cojín de lactancia?.

Una de las funciones básicas de un cojín de lactancia es proporcionarle al bebé un apoyo estable. Por eso, es mejor que sea grande. Igual debe ser firme: así el niño no se hundirá en él. Sin embargo, debéis recordar que la superficie de apoyo no puede ser demasiado dura, debe ajustarse al cuerpo y a la cabeza del niño, en caso contrario, será muy incómodo y poco saludable. Por tanto, es mejor elegir un cojín de lactancia que proporcione una buena estabilidad y, al mismo tiempo, le de al bebé la comodidad. Cuando el niño sea más grande podrá usar un cojín más suave porque su columna ya no necesitará tanto apoyo.

 

Un cojín bien perfilado es lo esencial

En vuestra comodidad y la de vuestro hijito influye también el tipo de perfilado del cojín. La cabeza del niño debe estar un poco más arriba que el resto del cuerpo. Gracias a esto, el niño adopta un posición mejor cerca del pecho, no se desliza y puede comer en una posición cómoda. La posición del niño al amamantar puede influir hasta en su digestión. Con una buena posición podemos disminuir significativamente el riesgo de reflujo o de cólicos o, incluso, de la infección del oído.

 

El tipo de perfilado también está relacionado con la forma del cojín. En el mercado podéis encontrar diferentes formas, pero la mayor parte se parece a la letra C o U: se trata de que pasen alrededor de la cintura y, de esta forma, estén bien pegados a la cadera. Los cojines con esta forma no solo apoyan bien la espalda de la mamá, pero también la cabecita del bebé y, además, impiden que el niño se deslice y le proporcionan la comodidad.

 

Cojín de lactancia: una respuesta a la necesidad de estar juntos.

El cojín no tiene que usarse exclusivamente para amamantar. También puede ayudar a los papás cada vez que el niño quiera estar cerca de ellos y sentirse seguro, es decir, al abrazarlo. Esta necesidad en niños es muy grande, incluso en la noche, por eso, también vale la pena comprar una cuna colecho, como, por ejemplo, nuestra NESTE UP, gracias a la cual, el peque por todo el tiempo va a sentir la cercanía del papá. Es una buena solución, también debido a la comodidad de los papás: la mamá no tendrá que levantarse en la noche para amamantar. En esto también le ayudará el cojín que el permitirá encontrar la posición óptima: cómoda tanto para ella, como para el niño. Así la mamá no tendrá que cambiar con frecuencia las posiciones, levantarse o moverse. No es difícil entender porque esto es tan importante: para un padre cansado cualquier momento para descansar es valioso, pero esta solución la apreciarán sobre todo las mujeres que sufren mucho a causa del dolor: que puede ser el resultado de exceso de leche en la noche o de la cesárea.

 

Tipos de rellenos en los cojines de lactancia.

Ya hemos comentado que el nivel de firmeza del cojín de lactancia es un aspecto increíblemente importante que brinda comodidad, estabilidad y seguridad al bebé. En la firmeza del cojín influye su relleno. En el mercado podéis encontrar diferentes tipos de rellenos: poliéster (con granulado), poliestireno, silicona, espuma y trigo. ¿Cuál es el mejor? 

 

El relleno de poliéster es uno de los más populares en el mercado. Es porque permite un buen ajuste al cuerpo del niño y, además, proporciona una buena elasticidad y flexibilidad. Es decir, da un buen apoyo, pero, al mismo tiempo no es demasiado duro.

 

Debido al precio bajo, se compran mucho los cojines con relleno de poliestireno. Desafortunadamente, no es la mejor elección. El granulado de poliestireno tiende a formar grumos y, por tanto, con el tiempo, la almohada va perdiendo la forma, se hace demasiado dura y pierde el volumen.

 

Una selección muy buena, igual que los cojines de poliéster, son los con rellenas de silicona. Existen dos opciones: rellenos de granulado o de fibras. Entre sus ventajas podemos encontrar una buena ventilación, elasticidad y durabilidad.

 

Una opción muy buena, pero tristemente un poco más cara que los otros, es el cojín con relleno de espuma. En el mercado hay dos versiones: con espuma de poliuretano y con espuma termoelástica. La primera es muy transpirable y proporciona un buen apoyo al cuerpo del niño y la otra se ajusta muy bien al cuerpo del bebé. Ambas espumas son hipoalergénicas.

 

También son cada vez más populares cojines de trigo proporcionan una buena ventilación y un ajuste adecuado a la forma del cuerpo. Y, asimismo, tienen esta ventaja que no causan alergia.

 

Madre está sentada en una cama con la espalda apoyada contra la pared y da de comer a su bebé acostado en una almohada de lactancia especial de la marca Kinderkraft.

 

Cojín con la posibilidad de regular el relleno.

Un cojín de lactancia perfecto no puede ser ni demasiado suave ni demasiado firme. Los cojines que tienen la opción de regular el relleno te ayudarán muchísimo en ajustar el producto a tus necesidades individuales. Esta opción solo la tienen los cojines con un relleno de granulado, es decir, de poliestireno o de fibras de silicona rizadas transversalmente. Permiten ponerle más granulado en cualquier momento, por ejemplo, cuando el relleno se aplaste demasiado. La opción de regular el relleno también da la posibilidad de cambiar por completo el granulado por uno nuevo. Este tipo de cojines también permite regular la firmeza: cuando tu niño crezca se puede bajar el nivel de firmeza aumentando su comodidad.

 

¿Qué características debe tener un cojín de lactancia perfecto?.

Un cojín de lactancia ideal es ese que también está perfectamente ajustado a la mamá. Debe tener la altura y el tamaño adecuados. Recuerda: mientras más grande, más cómodo pero solo si lo usas en casa. Está bien probar el cojín antes de comprarlo para verificar su altura: debe permitir colocar bien al bebé a la hora de amamantar. En cambio, la firmeza del cojín depende de la edad del niño. Mientras más grande el bebé, más suave debe ser la almohada. Sin embargo, para los bebés la solución óptima es un cojín más firme porque protege mejor la delicada columna del niño. También debéis fijaros en la higiene. El niño al ser amamantado puede regresar la comida o la leche puede caer, probablemente, en el cojín. Por tanto, tiene que ser fácil de mantener limpio lavándolo en la lavadora. Una buena opción es la funda que se puede quitar y lavar sin problema: fijaos si se puede lavar en la lavadora, es una gran conveniencia. El material del cual está hecho también es importante. Lo mejor es el algodón natural que no causa alergias ni irrita la delicada piel del niño. Algunos cojines tienen funciones adicionales, como, por ejemplo, bolsillos útiles: perfectos para artículos pequeños necesarios. Al final: recordad que la estética también es importante. La almohada será un adorno relevante. Fijaos en que su color o diseño combine con el cuarto del niño.

 

 

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